Retrato realizado por Fernando Maldonado
ORILLA DE CARNE
Quienes son oriundos de la noche:
extranjeros en todos los países,
con el ojo del sexo son testigos
de cuántas esquinas sucesivas
componen el horror
y saben que libertad sin compartir
alimenta suicidios apacibles.
Para los hacedores de oscuridad:
coleccionistas crueles de nidos
soñados por pájaros extraños,
la música se oculta entre dos cuerpos:
constelación de sangre que presagia
nuevo pueblo de hombres invisibles.
Más tarde el tiempo será inútil...
Las vírgenes recordando crueldades
despertarán sus sombras,
y yo –cazador de lunas–
anunciaré la infancia de la muerte.
RAÍZ DE VUELO
Un intercambio de heridas
puede revelar el enigma:
mi pacto con la sorpresa
aún no ha sido perturbado.
Giro en torno de la noche
oyendo llorar a quienes
han abierto la gran puerta,
y si el cadáver
persiste en su pregunta
sólo el vacío puede detenerme:
inventor del alma feliz...
Mi sueño es único o antiguo
–la historia del fuego
es cantada por el agua–
y como nadie puede despertar
en tu presencia, no soy
rehén de los espejos.
¿Cuál triunfo no me aparta de mí?
Los aletazos del ojo buscan alturas
donde muy rápido nos ofrendamos
como el rayo: pájaro sin alas...
para intentar reconstruir
en tu imagen cambiante
el último rostro de Narciso.
TESTAMENTO DEL AGUA
A veces una página es la piel de las ausentes
A veces en hojas de carne anoto mis silencios
A veces escribo en los idiomas de la muerte.
Derechos reservados de Gonzalo Márquez Cristo